domingo, 26 de marzo de 2017

La guinda al pastel...

Si durante nuestra estancia en Irlanda los sábados han sido días especialmente divertidos, el último sábado se merece un capítulo aparte. ¡Menuda forma de terminar nuestro viaje!

Tras los avisos de rigor en Rockbrook a primera hora, nos subimos al autobús de Terry para ir al Jump Zone, algo así como la madre de todas las atracciones. Un lugar en el que saltar y botar hasta la extenuación, y en el que liberar toda la alegría acumulada durante nuestra estancia aquí.



Una vez dentro, nos marcaron debidamente, nos pusimos unos calcetines especiales... ¡y a disfrutar!



Seguimos muy atentos las indicaciones que nos dieron por pantalla, para que todo fuera bien.
Alberto, Pablo y Martín no daban crédito.

En el siguiente vídeo se recogen algunas muestras de las piruetas de nuestros chicos, que no pararon de ir de aquí para allá hasta terminar agotados:



El equipo al completo, tras una liberadora sesión de saltos, botes y piruetas.
Cuando salimos del Jump Zone nos tomamos el lunch, y volvimos a subirnos al bus de Terry para poner rumbo al City Centre... el corazón de Dublín.

Nos bajamos en St Stephen´s Park y recorrimos las calles con más encanto de Dublín, como Grafton Street, por ejemplo, donde varios artistas nos deleitaron con su música mientras disfrutábamos del día más soleado y agradable de nuestra estancia. Sirva el siguiente vídeo como botón de muestra:


Callejeando y callejeando llegamos hasta el Carrol´s más grande de Dublín, una tienda en la que comprar souvenirs y recuerdos de todo tipo. Literalmente... ¡la arrasamos!

Luego visitamos una capilla de Adoración perpetua cerca de O´Conells, en la que aprovechamos para darle las gracias a Dios por nuestra estancia aquí, para pedirle por nuestras familias, y por el viaje de vuelta.

Tuvimos tiempo también para dejarnos caer por el Trinity College, fundado en 1592 por la reina Isabel I de Inglaterra, y actualmente la Universidad más antigua de Irlanda.

Foto de equipo en el mismísimo Trinity College.
Y, como no podía ser de otra manera, terminamos en un Mc Donald´s de Grafton Street, saciados, contentos... ¡Preparados para nuestro viaje de vuelta a Bilbaooooooo!


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